65. Reseñas
Los últimos cincuenta de la División Azul
Ficha técnica:
Título: Los últimos cincuenta de la División Azul
Autor: Nolasco Asensio, Alejandro
Editorial: SND Editores
Año de publicación: 2021
ISBN: 97884188166406
Páginas: 379
Desde la repatriación de la División Azul en 1943 ( y de la Legión Azul al año siguiente) se han escrito decenas, cientos diría yo, de libros sobre la unidad: novelas, ensayos y memorias. Pero ninguno con la carga emotiva que contiene el libro de Alejandro Nolasco en un nuevo acierto de SND Editores. No sólo por el hecho en sí de ser memorias de guerra, sino por venir de quien vienen, los últimos guripas vivos, que contaron o volvieron a rememorar sus experiencias siendo todos nonagenarios y en algunos casos con más de un siglo de vida entre pecho y espalda.
El valor de estos testimonios es incalculable. Se cuentan según lo vivieron y sintieron, sin tapujos ni censura. A saber lo que prefirieron callar y guardarlo para sí, llevándolo a la tumba. Debió ser duro para el autor ir recopilando estas increíbles hazañas, vivencias y padecimientos, de unos hombres únicos, de una generación de hierro, en contraposición de la actual juventud, débil, de cristal sabiendo que no volvería a verlos vivos.
Para mí es doblemente especial haber leído y reseñado esta obra: conocí en vida a 4 divisionarios. De Nicolás Luz Luz y Diego Castillejo Sabio no se habla en este libro, debió ser imposible ya hablar con ellos o localizarlos por imperativo de edad. Pero sí nos cuentan sus experiencias Francisco Armengou y Fernando Quintilla. Al primero lo recuerdo en conferencias y reuniones de veteranos, siempre dicharachero y cantarín. A Fernando Quintilla Manresa lo conocí y traté mucho más. Recuerdo cuando llegó a la Hermandad de la Legión por primera vez y fui yo quién lo recibió en primera instancia. Tenía una vitalidad envidiable y un carácter especial, y tuve el honor de viajar y hablar con él en más de una ocasión. Sé que tuvo unos últimos años de vida que se sintió activo y útil, que obtuvo en vida el reconocimiento del que otros no llegaron a disfrutar. Asistí junto a muchos otros hombres de bien a su funeral. Ya quisieran muchos otros despedirse de la vida tan arropados y admirados como lo fue él.
Por eso esta obra es imprescindible, no sólo para los que los conocimos, sino, especialmente para las generaciones futuras. Que aprendan a valorar el espíritu de entrega y sacrificio, su idealismo a prueba de bombas y capacidad de sufrimiento de una generación que no volverá.
Yo tenía un camarada...
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