Biografías de guerreros literatos
01. Cayo Julio César.
Intentar hacer un resumen biográfico de César en unos párrafos es una pretensión que se escapa de mis objetivos.
Cayo Julio César, nacido aproximadamente en el año 100 a.C. y muerto como todos sabemos por Bruto durante los llamados Idus de marzo en el 44, es quizás uno de los personajes más mediáticos, si se me permite esta moderna expresión. De presunta descendencia divina, la estirpe patricia de los Julios le dio una esmerada educación y las influencias de Cayo Mario le dejaron bien situado para una próspera carrera.
En su currículum todos los cargos políticos y militares, que entonces iban de la mano, imaginables para todo romano ejemplar: tribuno, cuestor, edil, gran pontífice, pretor, cónsul, procónsul, dictador, etc. Adornada su leyenda con una vida privada cuanto menos controvertida, ha sido objeto de infinidad de biografías, novelas y películas. De éstas ultimas, acaso a nivel de entretenimiento, puedan ser aconsejables. Sobre su biografía hay de todo, como en botica. Vidas paralelas de Plutarco, escrito hace muchas centurias, sirva de ejemplo.
O el recién salido del horno Roma soy yo , primer capítulo de una saga sobre César que promete. Y es que el gran Santiago Posteguillo nos tiene mal acostumbrados a sus trilogías sobre Roma y amenaza con tenernos enganchados durante semanas. Lo recomiendo sí o sí. Pero en este blog intento centrarme en literatura militar , en lo creado por militares escritores en concreto. Y Cayo Julio César se doctoró Cum Laude en ambas facetas. Sirvan Las campañas de Julio César de José Ignacio Lago para ilustrarnos sus éxitos militares: el cruce del Canal de la Mancha para una primera exploración en Britania, el magistral cruce del Rin para la campaña contra los germanos, las consabidas campañas contra helvecios y galos coronadas por la victoria en Alesia contra el caudillo Vercingetórix, el histórico cruce del Rubicón, la controvertida y cinematográfica expedición egipcia, Cleopatra mediante; la batalla de Zela contra Farnaces, Rey del Ponto, donde creó la mítica frase Veni vidi vinci y por supuesto las batallas de las guerras civiles contra Pompeyo, ayer yerno, hoy enemigo, como Tapsus, Dirraquium, Farsalia, y la desarrollada en suelo andaluz, Munda.
La posteridad también nos dejó unas obras inmortales de la literatura universal. Desgraciadamente, su sucesor y primer emperador, Octavio Augusto hizo desaparecer parte de los escritos por nuestro protagonista, pero ahí están para todo aquel que lo quiera leer:
Comentarios a la Guerra de las Galias y
Comentarios a la Guerra civil.
Fueron completados por uno de sus hombres de confianza, Aulo Hircio, y los llamados
Comentarios a las guerras de Alejandría, África e Hispania por diferentes oficiales de lo que hoy llamaríamos su Estado Mayor.
En resumen, la apasionante vida del mayor guerrero literato, por fortuna, está ahí, en diversos formatos para seguirla.